miércoles, 4 de mayo de 2011
Enrique Rojas y un adolescente de 14 años
Enrique Rojas alias el divino,
falso catedrático Psiquiatría
Universidad Complutense
Esta es la historia de Alejandro Menéndez Martínez, un adolescente de 14 años, al que Rojas le dijo delante de su madre, conociendo que no se llevaban bien y sonriendo - como si le complaciera -, que "era un psicópata", así sin más, como mandan los cánones. Aunque Alejandro no maltrataba ni hacía sufrir a animales o a otras personas en inferioridad de condiciones, como hace Rojas, cuando además es él quien suele poner a las personas en inferioridad de condiciones, al difamarlas por las espalda.
Rojas, también atizó Haloperidol a Alejandro. Fármaco que tiene no pocos efectos secundarios.
Lo primero que se me ocurre pensar es ¿quien era/es el psicópata?. De momento, existe una trayectoria de sufrimiento gratuito ocasionado a menores por Enrique Rojas, malintencionada y cruel. Alejandro, de momento, no tiene ninguna trayectoria similar.
....,,........................Alejandro Menéndez Martínez:
Enrique Rojas el del pedestal
Mi historia con Enrique Rojas por suerte fue muy breve, en marzo de 1989 yo era un adolescente de 14 años con problemas en casa, había pasado los anteriores 3 años interno y había boicoteado el internado a golpe de plantes y forzado mi vuelta a casa, mi madre que estaba preparando una oposición a judicaturas ya me advirtió que no podría ocuparse de mi y que tendría que no dar la lata
Como la daba porque obviamente un adolescente requiere cierta atención y además yo no era muy obediente, cosa lógica dado que tampoco en casa miraban mucho para mi, mi madre buscaba una solución mágica que le permitiera tenerme tranquilo sin molestar mientras ella preparaba sus oposiciones, las oposiciones son algo que quema muchísimo y ella en aquella época estaba muy nerviosa e irritable
Enrique Rojas no ha sido ni es
catedrático de Psiquiatría de
la Universidad Complutense
Esa solución mágica la planteo una tía mia que conocía un psiquiatra estupendo de Madrid, un señor que tenía una cabeza privilegiada, que había sido premio extraordinario en medicina y catedrático de psiquiatría de la complutense
Además había atendido al novio de ella y lo había curado de una fuerte depresión que lo había tenido mucho tiempo en muy mal estado y con ideas suicidas, por esa razón ella estaba muy agradecida a Rojas y lo defendía a capa y espada, aunque el tratamiento no había sido precisamente barato, el padre de su novio incluso tuvo que vender tierras para pagarlo
Mi experiencia fue la siguiente, fui 2 veces a Madrid, en una lo vi solo una vez y en la otra dos veces
El tenía la consulta en la calle Serrano de Madrid, era un piso enorme, debía ser un edificio de oficinas que se alquilaban y el debía tener varias alquiladas y haberlas unido, tenía varias enfermeras, mientras estabas en la sala de espera te ofrecían una coca cola, había cestos con caramelos que podías coger y como suele pasar en este país donde vivimos tanto de la apariencia tenía la pared tapizada de cursos y diplomas de todo tipo, algunos hechos en universidades anglosajonas
En aquellos tiempos, aparte de Rojas había otros dos psiquiatras que trabajaban con él y que también los veías, eran un hombre y una mujer, me hicieron unos test de los que salió que yo era muy impulsivo y que tenía muy poca capacidad para controlarme y para sacrificarme
Izquierda, Enrique Rojas presentando su
consulta en una de sus webs como
catedrático de la Universidad Complutense
Debajo y drcha., Enrique Rojas
no es lo que afirma ser, al presentar
su consulta en sus webs
Después conocí a Rojas, su despacho parecía una capilla, tenía hasta una virgen gigantesca en una hornacina colgada de la pared
En general su conversación fue un mero continuismo de lo que habían dicho los otros dos, que yo era un psicópata, que carecía de autodominio y que con mi personalidad iba a tener serios problemas en la vida.
A los 14 años yo aún era bastante infantil, conservaba esa mentalidad libre de prejuicios que te hace ver las cosas como son, pero infantil no quiere decir estupido, quizá fue por esa razón por la que no me dejé deslumbrar por sus titulitos, su premio extraordinario y su catedra y al revés que mi madre y mi tía al salir de la consulta dije claramente lo que pensaba de él: este tío a lo que está es a sacar Rojas me había dado muy mala espina, si pudiera definir su carácter en una sola palabra esta sería fullero, era un tipo de maneras suaves, muy ladino, con mucha letra.
Algunas veces el alma de una persona queda retratada en una décima de segundo, yo vi con muchísima claridad a Rojas en un momento que estaba hablando con mi madre que se le quejaba de lo trasto que yo era, que me miró, sonrió y dijo: es que eres un psicópata
En ese momento al sonreir hizo un gesto que yo capté perfectamente el tipo de persona que era Rojas, era un gesto así sonriente, prepotente, con los ojos me decía: ya te tengo; era un gesto de cazador, de ave de rapiña
Por lo demás el tratamiento consistió en recetarme una medicación de 120 gotas de Haloperidol, 4 Artanes y 3 Largactil diarios, esa medicación me causaba somnolencia, engordé o mejor dicho hinché muchísimo llegando a pesar 98 kg. Tenía poco pulso, mucha salivación, hablaba mal y era mucho más lento para moverme
Además le recomendó a mi madre que fuese a clase aunque no estuviera en condiciones, que me apuntase a campamentos, que estuviera siempre con gente de mi edad, en una palabra, que me socializase, como las consultas con él solían ser breves le dijo a mi madre que le contase cosas de mi por escrito
El resultado de todo esto fue que perdí el curso y fue la primera vez que tuve que repetir, los problemas
en casa no solo no se solucionaron sino que se agravaron, era normal, antes salía más y me relacionaba con mis amigos, al engordar y ponerme tan mal en plena edad del pavo me empezó a darme vergüenza salir y relacionarme y empecé a meterme más en casa lo que generó más roces con mi madre
Por este “maravilloso” tratamiento nos cobró 40.000 pesetas, en aquella época sus honorarios eran 20 mil pesetas por consulta
Enrique Rojas, tampoco es lo que dice
ser en la Fundación creada para tratar
a adolescentes con escasos recursos
económicos (arriba), ni en los libros
que lanza al mercado (debajo y dcha.)
Y eso fue mi salvación, en aquellos años el sueldo de auxiliar administrativo de mi madre no llegaba a las cien mil mensuales, eso y la incomodidad de desplazarse a Madrid fue lo que terminó prematuramente con este exterminio, además en aquella época un hijo de Rojas que tenía 2 años se cayó a la piscina de su casa y lo sacaron muerto, eso hizo que Rojas se desentendiera por un tiempo de la consulta y facilitó aún más el perderlo de vista
Seguí algunos meses con el tratamiento aunque algo disminuido, en octubre al empezar el curso me volvieron a meter interno, abandoné la medicación y perdí 31 kg. en 6 meses y todos los efectos secundarios desaparecieron, fue como volver a nacer, aquella medicación incluso me limitaba a nivel de inteligencia y de resolución de problemas, al quitarla era como si me hubiera vuelto más listo.
....................................................................................................Alejandro Menéndez Martínez
En mi opinión, Enrique Rojas premeditó y orquestó en su día un plan, una forma de hacer... para estar en situación y posición de poder llevar a cabo con la excusa de Dios, por lucro, prácticas´ilícitas cuando tuviera oportunidad y el riesgo fuese asumible.
Su falsa fama, parte de la falsa cátedra en la Universidad. Complutense, que nunca ha tenido y un "dejarle hacer" que siempre ha tenido consecuencias nefastas para sus víctimas. isabel caballero
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
12 comentarios:
Haber si inhabilitan ya a este señor,y se hace justicia.Pat.
De buena se libró Alejandro.
Pese a que destrozó su adolescencia puede decirse que tuvo suerte de no acabar en un psiquiátrico de verdad con graves patologías de verdad a consecuencia de "la praxis" del doctor Rojas.
Por cierto, menudo estercolero la Comunidad de Madrid amparando y subvencionando todo tipo de fundaciones cercanas al Opus, la falange, etc. Lo digo por lo de la "Agencia Lain Entralgo" que citas en la otra entrada. No debe haber una sola entidad de espíritu preconstitucional que no estén pagando los madrileños de su bolsillo.
Me alegra ver esta página, pues a mí este señor me llamó por teléfono por indicación de mi familia, siendo yo una persona de 50 años. Mi asombro fue enorme, pues yo pensaba que nunca un psiquiatra puede llamar a una persona para que vaya a su consulta sin que nadie se lo haya pedido. Pensé que mi familia quería quitarme de en medio usando las malas artes de este psiquitara. Por supuesto nunca fui a su consulta. Para ver de qué iba todo esto le llamé para preguntarle que cómo se atrevía a llamarme y me dijo que él no hablaba conmigo por teléfono que sólo hablaría conmigo en su consulta.
Yo creía que no existía algo así en la actualidad, que un psiquiatra se pudiera poner al servicio de quien le pague para quitarse a la gente de en medio. Eso creía que era anticonstitucional e ilegal. ¿Cómo la Iglesia reparte libros de este hombre sobre el amor para los jóvenes?
La cosa es que me atreví a hablar de los abusos sufridos en la infancia por parte de mi hermano mayor y toda mi familia reaccionó contra mí. Mi padre me dijo que tenía que ir a ver a Enrique Rojas que tenía métodos para lavarme el cerébro ¡? ¡y borrarme los recuerdos!. Gracias a Dios una hermana mía me avisó de lo que ella oía decir en la familia y gracias a Dios que no soy amiga de psiquiatras, pude protegerme de tamaña agresión contra mi persona. En algún libro de Enrique Rojas leí que él había hecho un gran avance en la cura de la depresión ya que hacía el electro shock con anestesia general y no se sufría nada. Entonces, me pregunto: ¿la persona puede ser sometida a esa terpia quizás sin ni siquiera saber que se la han hecho,y a petición del familiar de turno dispuesto a pagarle? ...
Agradezco este blog que me confirma mis sospechas. Sólo de pensarlo me dan ganas de vomitar, pero me da fuerza para estar lejos de una familia tan equivocada. Gracias por contribuir a la verdad.
Anónima, no sabes como te agradezco y lo bien que viene tu testimonio en estos momentos. Acabo de recordar en otro sitio, eso de... "A la calle que ya es hora de pasearnos a cuerpo...".
Con tu permiso, copio y llevo tu testimonio hacia el principio del blog para, desde mi opinión, poder contestarte mejor.
MENTIROSOS!!!!!!!!!!!!!!!
ES UNA EXCELENTE PERSONA Y UN VERDADERO PROFESIONAL,
¿A QUIÉN QUERÉIS ENGAÑAR?
ESTE PSIQUIATRA ES BUENÍSIMO
nO HAY MÁS QUE LEER SUS LIBROS.
A MI ME HA AYUDADO UN MONTÓN.
La ignorancia es muy atrevida.
Este respetable señor es catedrático
Pues si os ayudó os abrís un blog y le dais las gracias vosotros mismos, a los que nos perjudicó seguiremos diciendo la verdad sobre él en todos los medios que tengamos a nuestro alcance os guste o no.
Aparte que no se porque me da que sois el mismo, 3 mensajes en mayusculas con el mismo tono y el mismo día, podiáis montaroslo un poco mejor.
Conocí a Enrique en Hoyafría, Tenerife, en agosto del 71... época maravillosa, nos tocó vivir una mili emocionante, estrenamos la piscina olímpica y pasamos tres meses intensos de emociones... estábamos en chabolas de once reclutas... y después de jurar bandera nos fuimos cada uno a su destino...
Felicidades Enrique, fuiste un amigo incondicional y siempre te recordaré como una buena persona...
Acabo de descubrir tu blog, Isabel. Y sí no doy mi nombre porque probablemente, al ser periodista y hablar mal de este impostor, tendría serios problemas. Es triste pero es así. Me trató entre el 98 y el 99 por una depresión. Nada del otro mundo aunque algo doloroso y terrible. Cuando digo que no es del otro mundo, quiero decir que no es incurable. No me prescribió mucha medicación pero sí recuerdo la displicencia del doctorcito , las enormes cantidades de dinero que se llevó, sus propios libros que me recetaba cómo parte del tratamiento...Con el tiempo nada se solucionó y me recomendó que abandonara los estudios, que él me recomendaría para trabajar de cajera en un banco. Afortunadamente mis padres me sacaron de allí.Un psiquiatra y una psicóloga magníficos me curaron, estudié Periodismo y Relaciones Internacionales, estoy casada felizmente, trabajo, he publicado 3 libros...No me puedo creer que siga habiendo gente que crea a este vendedor de humo. Ojalá lo saquen de la carrera. Es un estafador que se regodeaba en las consultas de sus relaciones sociales. Ojalá nunca me lo cruce.
Ser catedratico no es sinónimo de ética, inteligencia, profesionalismo etc. Los psiquiatras del Opus Dei, son malévolos y dejan mucho que desear. Si se analizaran los casos internos de los numerarios se daría cuanta de lo malvados que son. Además no es realmente psiquiatra. Busque su cédula en internet y no está.
Publicar un comentario