Enrique Rojas y sus perlas, el Ayuntamiento de Pamplona y San Valentín

Enrique Rojas Montes, ese individuo que pregona ética y moral por doquier (para los demás, él se cree exento), va a misa, comulga e incluso tiene acceso a que todo un cardenal como Cañizares (el de los millonarios agujeros) y cinco curas más le canten misa, no sólo se dedica a facilitar a maridos certificados oficiales médicos sobre sus mujeres, a espaldas de éstas donde prescribe internamiento psiquiátrico sin dar diagnóstico concreto (¡ojo! sin haberlas examinado previamente), como habéis visto en la entrada anterior, también se dedica - como cualquier maruja perversa - a dar dictar instrucciones al marido de la parte de trabajo que debe hacer, para que la mujer confíe, sucumba ante él y acepte la medicación que intencionadamente le piensa prescribir (buscad en google Enrique Rojas tarea de orfebrería y Enrique Rojas educere educare y contad las referencias que os salen).

Y como el más sin escrúpulos hombre que haya parido mujer, ordena que se contabilicen las horas que pasa una hija con su madre, además de hacer llevar a los niños a su consulta, pasarles tests, difamar y calumniar a la madre...

Este individuo, que según el "Ilustre" Colegio de Médicos de Madrid, emite certificados médicos NO VERACES, no debería tener un sitio en la Medicina para evitar que pueda seguir engañando.

Enrique Rojas Montes, 13 años y medios después de haber emitido a mis espaldas certificados oficiales médicos, sin dar un diagnóstico claro y concreto, que me supusieron una saca de madrugada y una escapada después, a raiz de las Providencias judiciales que también consigue, a pesar de haber sido requerido muchas veces, todavía no ha facilitado un informe clínico.

Sus monaguillos tampoco han emitido informe. Acólitos, que ya sean del Opus Dei o Legionarios de Cristo, no deberían tener hueco en el ámbito de la psiquiatría o psicología, puesto que la labor de encubrimiento que han realizado y realizan sobre una figura que es toda ella una pura mentira, alrededor de la cual pululean, es patente.

Puntualizo, que en el caso Menchaca, aunque está muy bien explicado en Interviú, según la documentación existen se dieron episodios mucho más crueles. María Menchaca probablemente los omitió por el horror que suponía su recuerdo.

La hazaña de Enrique Rojas, cuando el plan le falló*, consistió en entregar un informe sobre ella, al marido, para que lo presentase en el juzgado en el procedimiento de separación y divorcio, donde el sin escrúpulos de Enrique Rojas, la pone a parir.

El mismo individuo que lleva casi 27 años engañando a tanta gente, el que ve los hijos a espaldas de sus madres, el que emite certificados médicos no veraces y tiene conductas que merecen la consideración de "terrorismo social", se dedica también a estos menesteres y nadie se pregunta cuando pagan los maridos por este tipo de terrorismo que no se persigue porque España sigue siendo el país de la corrupción y el tráfico de influencias.

Inexplicablemente, el informe de Rojas sobre María, se admitió en Autos e incluso Enrique Rojas fue al juzgado para ratificarse en el mismo y poder despachar más a gusto.

*En mi opinión, el plan falla, cuando el médico de cabecera le tira a Menchaca la medicación que Rojas le había prescrito y se recupera, desapareciendo la posibilidad de internamiento voluntario por su parte, debido a lo mal que se encontraba, al dejar de tomar la medicación).

En mi caso, Enrique Rojas, me había llamado para que fuese a verlo con la excusa de que "le echase una mano en la terapia que el ahora ex, estaba llevando a cabo en su consulta".

En la 1ª entrevista, Rojas intentó medicarme - en las siguientes también -, no acepté y en la 4ª, repentinamente ORDENÓ, a mí y a los presentes, que yo tomase una medicación que
bien podía dormir a un caballo - cuando ni me encontraba mal ni siquiera había hablado conmigo de este tema sino de otros que le interesaban a Rojas mucho más, porque sí, porque lo decía él "el catedrático de Psiquiatría de la Complutense" - y que internase voluntariamente en una clínica privada que me presentó, como "clínica tipo americano para ejecutivos estresados", al no conseguir ni lo uno ni lo otro, habiéndole advertido que cualquier relación que creyese existía entre nosotros quedaba rota, al cabo del tiempo, sin haberlo vuelto a ver, al igual que en el caso Menchaca ni siquiera hubo una llamada de teléfono -, Enrique Rojas entregó certificados médicos a mi entonces marido prescribiendo mi internamiento psiquiátrico.

En tres ocasiones intentó internarme, pese que los internamientos prescritos por él, habían sido denegados por forenses y por el Hospital Puerta de Hierro, que actuó de forense en la 1ª ocasión que Rojas y el ahora ex, intentaron quitarme de en medio.

Algunos hijos de puta deben creer que cruzar dos palabras con ellos nos ligan a su mísera voluntad de por vida, al igual que ligan las actuales hipotecas a los bancos.

Para que no haya confusión, aclaro, que entre el caso Menchaca y el mío, por ahora los únicos que han llegado a juicio - y por h o por b, considerándose sólo una mínima parte de lo que Rojas hizo pese al camino que lleva ya recorrido con prácticas igual de abominables con otras víctimas -, en el caso de María Menchaca, Rojas, entregó un informe sobre ella a su entonces marido para que lo utilizase en sede judicial(ilícito), pero en mi caso, cuando al intentar convencerme el susodicho de que era una enferma mental, le pido un informe para que plasme por escrito en que patas se sustenta, no me lo da, aunque no sólo sería lícito sino que también era su obligación proporcionármelo.


A la izquierda, webs que gestion la consultora que ha tenido que contratar Enrique Rojas para posicionarle sus páginas. Antes, le bastaba su engaño para posicionarlas.

Seguiremos con el currículo de este impostor, para que si el Ayuntamiento de Pamplona lo contrata, lo haga con conocimiento de causa.